Jóvenes feminismos



¿Son las jóvenes argentinas más o menos feministas que sus mayores? ¿Cómo evaluarlo? ¿Tiene realmente sentido, incluso planteárselo?

Hablamos con algunas mujeres jóvenes sobre feminismo, y particularmente, sobre 'su' feminismo. Sus experiencias, trayectorias y visiones son trazos que parecen dibujar un panorama, rico en complejidad y en matices.


A falta de un feministrómetro con el que contar cuántas feministas junior hay, o cuán feministas son las que declaran serlo, o incluso cuánta sensibilidad feminista existe en las que declaran no serlo, nos hemos limitado a hablar con algunas mujeres jóvenes sobre feminismo, y particularmente, sobre 'su' feminismo. Sus experiencias, trayectorias y visiones son trazos que parecen dibujar un panorama, rico en complejidad y en matices. Pero en el que sin duda aún caben (o faltan) muchas otras pinceladas. De momento se trata de perfilar un boceto que nos permita aproximarnos a la cuestión.

Feministas sueltas...

'Al no militar en ningún grupo, me costó mucho definirme como feminista' confiesa Deborah Rifkin, antropóloga de 33 años, actualmente investigadora del CONICET. Incluso aceptar el concepto de género fue el resultado de un largo camino: 'empezó más o menos en el 2003, tenía que hacer mi tesis de licenciatura, no solamente no estaba relacionada con el feminismo si no que tampoco estaba cercana a los estudios de género'. Así, investigando sobre el movimiento piquetero, encontró un grupo de mujeres que trabajaban en una organización de desocupados y su protagonismo le llamó la atención.

De allí se acercó al Instituto de Estudios de Género de la U.B.A, donde conoció a la antropóloga Mónica Tarducci (ver Las históricas), quien le dio una 'parva de libros' para leer. Desde entonces colabora con seminarios de género y en diversas acciones. Y va a los encuentros de mujeres con algunas amigas para defender posturas feministas, pero sigue sin adherirse a ningún movimiento, e insiste, en la conversación, en una tipología de feminista: las feministas sueltas.

Otra feminista suelta que sin embargo no tiene reparos en afirmar su feminismo es Ayelen Pagnanelli, estudiante de 18 años. Lo hace por correo electrónico, desde Italia, donde estudia. Natural de Pilar -ciudad que describe como poco dada a la militancia- y a falta de modelos feministas Ayelen admite: 'supongo que parece hasta irónico que la única figura feminista que recuerdo de chica sea la de Lisa (Simpson)'. En unas vacaciones una tía le regaló una biografía de Simone de Beauvoir. Impresionada, a los 15 se hacía con un ejemplar del 'Segundo Sexo', obra que le marcaría profundamente. 'Como el mundo del activismo estaba muy lejos de mi, me avoqué de lleno a la lectura de textos.' A los 16 empezó a viajar para 'acudir a los congresos que se realizan en la Ciudad de Buenos Aires con respecto a derechos de las mujeres, feminismo o trata de personas' donde se la pasaba 'charlando con mujeres de 30 a 50 años re divinas que me trataban de hijita.' Ayelen planea profundizar en estudios de género.

... y organizadas

Jorgelina P. Barreto se sintió feminista casi a la misma edad que Ayelen. En su caso fue la psicóloga quien, cuando ella tenía 16 años, le sugirió lecturas feministas. Ahora, con 23 años, milita en el grupo Podemos Ser Peores, en la ciudad de Río Cuarto. Luchan porque los padres separados paguen las cuotas que corresponden a sus hijos e hijas. Ella no cree que las jóvenes sean menos feministas que antes, si no que las militancias son distintas. Reivindica su derecho a crear su propio camino, considerando que muchas de las compañeras mayores 'principalmente nos anulan, callan o invisibilizan por ser jóvenes como alguna vez lo hicieron con ellas por ser mujeres'. Pero concede 'nosotras por nuestro lado tenemos la torpeza de la edad, las ansias de renovar todo y comernos el mundo sin notar el atracón que nos podemos dar, chocamos contra la pared y después vemos cuánta razón tenían nuestras compañeras en advertirnos y cuán orgullosas somos por no escuchar a las que ya chocaron paredes y algunas veces las derribaron.'

Sofía Ganem, tucumana de 21 años, es coordinadora de Jóvenes por la Elección y el Placer (Jeyp). Hace dos años fue invitada a una reunión de la Youth Coalition (red internacional de jóvenes por los derechos sexuales y reproductivos) en Uruguay. Allí conoció a otras jóvenes que se definían como feministas. 'Hasta ese momento yo no sabía que era feminista, decidí que si ser feminista implicaba reivindicar los derechos de las mujeres, constantemente vulnerados, entonces si lo era; si implicaba negarse a una sociedad desigual sí lo era; y si implicaba ser libre también lo era', afirma por chat.

Participante en tres Encuentros de Mujeres, en 2009 formó parte de la comisión organizadora del encuentro de Tucumán. Allí sintió que eran pocas feministas entre muchas mujeres procedentes de partidos políticos.

¿Más? ¿o menos?

Con Pan y Rosas, organización ligada a un partido político, marchaba Jenni, de 22 años, el pasado 8 de marzo. Sostenía una pancarta junto a otras compañeras. Se veían muchas jóvenes frente al Congreso, la mayoría en torno a esta agrupación. También estaban presentes militantes de otras organizaciones vinculadas a partidos, como las Rojas. Cuando le preguntamos, Jenni se declaró feminista, defendiendo que ahora hay más jóvenes feministas que antes. Sin embargo, afirmó que no entiende el género como algo disociado de la clase. María Chaves, 30 años recién cumplidos, coordinadora y fundadora de Pan y Rosas nos contaría más tarde, por correo electrónico: 'somos una agrupación de mujeres, no un grupo feminista'. Y explicó 'mientras luchamos por conquistar derechos como el derecho al aborto, a la libertad sexual, a no ser víctimas de redes de trata, nos planteamos una perspectiva de lucha anticapitalista y revolucionaria. En este camino, peleamos junto a las trabajadoras como las de Kraft-Terrabusi, Pepsico, Zanon, Subte, las enfermeras y las docentes, entre otras '.

Susana Robledo, de Mar del Plata, tiene 22 años. Empezó con una temprana militancia socialista que le decepcionó, y se apartó. Mientras estudiaba sociología conoció el colectivo Frida, 'y me sumé, a las reuniones y al proyecto del programa de radio. Yo tenía ya un interés en militar activamente y no encontraba un lugar apropiado (…) al empezar a tener conciencia de la relación capitalismo/patriarcado me figuraba como una buena perspectiva, mas amplia'. El colectivo de lucha anti-patriarcal Frida 'es un grupo mixto, y pretendemos que sea amplio, y variado, o sea, no es exclusivo de 'mujeres', lo que me parece una diferencia interesante dentro del feminismo.'

Susana coincide con Jenni: 'Me parece que las mujeres son más feministas ahora, hay como un volver a interesarse por las lógicas de dominación, por lo menos en el ámbito de la facultad, no sé qué pasará en otros lados, lo cierto es que las investigaciones y los espacios de género van en aumento'. Y cree, como Jorgelina, que cambió la militancia: 'Sin dudas el modo de militancia es distinto y creo que se relaciona a la visibilidad que lograron sexualidades alternativas, o por lo menos hay un interés por la otredad, un interés que no lo veo en grupos de mujeres de más edad.'

Deborah también subraya la queer como una militancia poderosa, en la que participan numerosas jóvenes. El colectivo Lesbianas y Feministas constituye un movimiento muy activo. Iniciaron la línea aborto para informar a las mujeres sobre cómo interrumpir su embarazo con misoprostol, mientras siguen luchando por la legalización. El terrible crimen de Natalia Gaitán, asesinada por el padre de su novia, ha movilizado a agrupaciones de feministas lesbianas por toda la nación.

Salto generacional

¿Cómo encajan estas jóvenes entre las compañeras mayores y más experimentadas? ¿Existe un nuevo feminismo?. 'Me parece que hay una forma distinta de trabajar' apunta Jorgelina, 'creo que hay avances en cuanto nosotras vamos formando nuestra experiencia de militancia, distinta (o al menos eso tratamos algunas) de las ya existentes. Muchas veces nuestra voz es anulada por la edad, a mi particularmente se me hace muy difícil trabajar con compañeras mayores, si bien valoro sus aportes muchas veces solo puedo digerirlos luego de un tiempo, estoy tratando de hacer mi camino, como me sale y sin repetir formulas pasadas.'

María empezó militando en agrupaciones feministas en la U.B.A. Ahora, desde Pan y Rosas nos ofrece una explicación sobre porqué ellas agrupan más jóvenes: 'Hoy, nos encontramos con gran parte de las feministas históricas dedicadas al lobby parlamentario, apoyando a distintos partidos patronales (del gobierno o de la oposición burguesa). Otros sectores, del feminismo más autonomista, se dedican a hacer más o menos lo mismo que hace 20 años, sin proponerse llegar ni a las trabajadoras ni a las jóvenes, conformes con mantener pequeños grupos'.

Deborah, aporta una visión distinta: 'yo creo que hay jóvenes que le dan la espalda a todo lo que hizo el feminismo hasta la fecha' y cita a las mujeres de partidos políticos o a las feministas queer. 'Todavía dentro del feminismo no se ha dado el transvase generacional' observa, y acaba concluyendo: 'es necesario que nos empezamos a hacer cargo de esos espacios que nos dejan las viejas feministas.'

Parece que la cantera está poblada de feministas sueltas, de feministas en grupo, de feministas lesbianas, de no feministas que reivindican objetivos feministas. En algo coinciden todas, el concepto del feminismo es amplio, las experiencias son múltiples. También lo son las visiones. Aquí solo hemos aportado unas pocas.
Por Sarah Babiker
Artemisa Noticias

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